toma de decisiones

A menudo nos encontramos en una encrucijada en la que hay que tomar una decisión. A veces tomamos decisiones de las que luego nos arrepentimos. Entonces, la pregunta es, ¿cómo podemos mejorar en la toma de decisiones?

La respuesta corta es, no hay una decisión correcta, simplemente tenemos que tomar una decisión que tenga sentido en ese momento y vivir con las consecuencias, buenas o malas.

Supongamos que tomamos una decisión “terrible” y abandonamos la universidad. ¿Cómo podemos recuperarnos de toda la negatividad que nos trajo esta “terrible” decisión?

1. No debemos considerarnos un fracaso.

2. Debemos seguir la corriente y ver qué nuevo camino queremos tomar.

3. Podemos enfatizar en un conjunto de habilidades que ya tenemos, capitalizarlo y tratarlo de la misma manera que lo haríamos con nuestros exámenes finales.

4. Disfruta el proceso.

5. Recuerda que todo va a estar bien.

La mitad de la batalla consiste en aceptar nuestra decisión, reconocerla y seguir la corriente.

Tenemos que alejarnos de cualquier influencia negativa como las redes sociales, los amigos tóxicos, los familiares tóxicos o cualquier entorno que no nos empodere. Recuerda que todos pueden decirnos cómo hacerlo, ¡pero ellos nunca lo hicieron!

Confía en ti mismo con la toma de decisiones, pero primero perdónate a tí mismo por tu toma de decisiones. Podemos crear una serie de rituales que nos ayuden a mantener la sensatez cuando se nos presentan opciones. Por ejemplo, técnicas de respiración, investigación, meditación, uso de cualquier recurso que tengamos, pero lo más importante de todo es estar preparados: tenemos que estar preparados para cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino. Confía en tu capacidad para tomar las decisiones correctas y diviértete donde quiera que termines. El universo te protege a ti y a tu energía.

Toda toma de decisiones es un ejercicio de clarificación de valores.

-Anthony Robbins

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